Para poder responder a las preguntas; ¿Porqué a ellos les cuesta trabajo decir te amo? y/o por qué es que de pronto no pueden definir siquiera cómo es que se sienten. Tenemos que empezar relacionando esta incapacidad con un concepto inherente al ser humano y solapado por la sociedad y los vínculos familiares especialmente en el género masculino: el miedo.
En los primeros años de vida del ser humano se da una primera relación básica, elemental y fundamental para el existir mismo y para el desarrollo, que definirá parte de la conducta futura, los gustos y las emociones de ese ser. Me refiero al vinculo con la madre, esta persona que brinda amor, seguridad, respeto, confianza y comprensión a ese nuevo bebe, en el mejor de los casos, creara una capa protectora hacia el mundo emocionalmente hablando, que será la que determine el autoconcepto de ese hijo y que de igual manera estructurará sus pensamientos y la manera de vivir al mundo. En el peor de los casos y lamentablemente en su mayoría , las capacidades de esta madre en sus inicios son limitadas, no se fomenta esa capa protectora ni se brinda seguridad, por el contrario pareciera que ese primer amor es amenazante, persecutorio y devaluador. En general esto es lo que pasa en la primera experiencia de amor en este caso de los hombres, la primera persona a la que aman resulta que no siempre esta disponible, que tiene otras responsabilidades y que incluso tiene otro hombre en su vida. Este niño crece con la necesidad insaciable de ser amado, visto, comprendido y con la terrible condición de ser dependiente a las personas que lo rodean, en un primer momento de la madre y en un segundo, si es que hay, de un padre. Esta dependencia emocional-amorosa y la incapacidad principalmente de la madre por corresponder, crean la diada en la que inconscientemente estará atrapado la mayor parte de su vida: amor-odio. El amor, en un inicio a esa persona que le dio la vida, a esa persona que hace que confirme que esta vivo, a esa persona de la cual se espera todo para poder sobrevivir y para poder sentirse tranquilo y feliz, es un amor inmenso, nirvánico, que se siente como el sentido de la vida. Todo lo anterior comienza a cambiar con el paso del tiempo y con la consciencia que se va adquiriendo con el paso de los años, el amor que va de ida no se da generalmente de regreso, las expectativas empiezan a romperse, los errores y las desilusiones comienzan a tener lugar cada vez más y ese amor angelical se convierte en enojo, frustración y coraje, se siente enojo por amar a esa persona y por percatarse de ser agredido o poco valorado por ella misma pero sin embargo no se puede “dejar de querer” así por que si, por que la base de esa relación será la dependencia, que lleva con la adultez a una sensación terrible de vulnerabilidad y miedo. Este tipo de heridas incluso puede generarse por el nacimiento de un hermano o por la simple presencia de otro hombre importante en la vida de esa madre, funciona como un rival que viene a quitar todo ese amor que debería de ser sólo para él. Poco a poco esto se transforma en una sensación de estar expuesto y de ser maltratado, se va a quedar en el registro emocional como una alerta, así que cada vez que ese hombre logre sentir amor lo más seguro es que lo asociará con desilusión y dolor. Es decir que cuando se ama se es débil y tendiente al abuso. Este tipo de aprendizaje emocional es aún más fuerte para el género masculino ya que socialmente existe casi un mandato inconsciente con respecto a tener que cumplir con ciertos requerimientos para poder ser “un hombre”, por ejemplo: ser fuerte, inexpresivo, protector, solucionador de conflictos, prácticos y poco sensibles, de lo contrario dará pie al cuestionamiento de su carácter como hombre y fortaleza e incluso a sus preferencias sexuales. Un hombre que es sensible es igual a ser una mujer, lo cual en nuestra cultura aún funciona como un insulto, que trae como consecuencia inseguridad y miedo de sentirse o ser así.
Por todo lo anterior es que para los hombres, puede llegar a ser complicado ser expresivos, más si la madre de ese hombre fue abandonadora, demasiado exigente, devaluadora o incluso sobreprotectora, ya que ahora entendemos que ese primer vínculo va a marcar la manera de vivir el amor en ese hombre, si hay mucho abuso y poco amor lo más seguro es que crezca con miedo a amar por temor a ser lastimado otra vez. El rechazo, la frialdad, la poca comunicación e incluso las agresiones alejan al ser querido y pueden ser utilizadas por un hombre para sentirse bajo control y sin posibilidades de ser lastimado, lo harán tener la sensación de estar en menor riesgo por que no querrá volver a concebir el dolor de ser rechazado y de ser vulnerable, menos de ser dependiente al amor de una mujer. Todo esto se traduce en incapacidad por desarrollar sensaciones, lo que va a generar deficiencias en el descubrir emociones reales hacia las cosas, es más sencillo vivir superficialmente para un hombre ya que la educación, la cultura y la sociedad generalmente lo propician.
Tips.
– Valorar los acercamientos que él tenga.
– Entender que a pesar de ciertas imposibilidades el hombre buscará un acercamiento.
– Descifrar y traducir ciertas actitudes de él que puedan ser la expresión de un afecto.
– Propiciar la comunicación con él sin presiones ni prejuicios.
– Conocer qué comportamientos de él son igual a un cariño o un apapacho.
– Tener la flexibilidad para comprender que no todas las personas expresan el amor y el cariño de la misma forma y de aquella que se espera.
– Llegar a acuerdos de “cómo es que a mi me gustaría que me demostrarás lo que sientes por mi” y dar oportunidades al otro de cumplirlo.
– Ser clara en qué es lo que se espera de él de manera práctica, sin rodeos y sin agresiones.
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