Las relaciones de pareja son complicadas, eso es un hecho y creo que la mayoría de las personas lo sabemos, lo que tal vez no sabemos a ciencia cierta es el porque, bueno, si hay muchos porqués que solemos escuchar con frecuencia, “porque no me escucha”, “porque no me entiende”, “porque no pone de su parte”, “porque es un egoísta”, “porque no me da mi lugar” y así podríamos continuar sin fin. Es decir, que se tiene clarísimo porque no funciona en torno al otro, sabemos como radiografía que es lo que el otro hace mal y que es lo que debería de cambiar para que si resultara. Lo que en muchas ocasiones falta, es la mirada a ti misma.
Lo que hace complicada la relación de pareja, dentro de muchos otros factores, es que ésta otra persona que tenemos enfrente va a ser como un espejo, aquí es donde viene lo difícil, mucho del arte en la pareja y de su sano funcionamiento, es que se logre diferenciar la línea entre:¿esto es mío o esto es del otro? Es decir que la relación de pareja me va a espejear lo que no me gusta de mí misma por lo cual tal vez ni siquiera acepto, sin embargo, el otro si verá esas cosas que mantenemos ocultas y viceversa.
Cuando digo que la pareja es un espejo, vamos a empezar a comprender que significa, que esa persona que está constantemente frente de mi, me refleja todas las características que si tengo, pero que generalmente son inconscientes, por consecuencia, cuando el otro las nombra, no me gusta y voy a tender a negarlas, lo que sigue de aquí es lanzarlas hacia afuera, proyectarla, por ejemplo: una mujer llega de trabajar a su casa o con su pareja pero llega de malas, tal vez ha tenido un mal día en muchos sentidos o simplemente está triste o enojada, cuando tiene el primer contacto, ésta no se da cuenta de su estado de ánimo y saluda como si no pasara nada, mientras pasa el tiempo, esta mujer se va enojando más y más, hasta que utiliza algún error del otro para explotar, culpandolo de su malestar, a lo que posiblemente el otro conteste que ella llegó así y que en realidad no sabe porque, la mujer lo culpara de insensible, iniciando con esto una discusión que no sabremos dónde irá a parar y si existen cosas acumuladas de ambos lados, será peor. La situación real aquí, es que esta mujer, no fue capaz de hacerse cargo de sus emociones y cuando nombra al otro “insensible” en realidad está proyectando su propia insensibilidad consigo misma ya que no se hizo cargo de lo que sentía, ¿porque esperar a que sea el otro, el que adivine lo que sentimos? Y ¿porque nos enojamos tanto, si el otro, no lo hace?.
La realidad, es que la pareja será el espejo que constantemente nos demuestra lo que no “hacemos bien”, tal vez nuestras viejas costumbres de no hablar, de no preguntar y de no compartir o la exigencia y falta de aceptación, pero siempre será más fácil decir: no fui yo, tú tenías que haberme preguntado pero no lo haces porque eres muy egoísta para ver más allá de ti, lo que está debajo de esto es, yo soy la egoísta al pensar que el mundo gira en torno a mí y que los demás tienen la obligación de descifrar lo que me está pasando sin que yo tenga que decir una palabra, la falta de responsabilidad está presente en la persona que decide, (consciente o inconscientemente), no decir nada, pero las defensas del ser humano nos alejan de tomar eso como algo propio. Esto puede engañarnos y hacernos creer que la relación no funciona, cuando en realidad puedo estar influyendo yo, para que no funcione.
Entonces la situación de las parejas comienza aquí, el análisis entre lo que es una discusión porque me empiezo a dar cuenta que me cuesta trabajo compartir, o que me cuesta trabajo aceptar las características de personalidad del otro ya que si quiero algo, lo tengo que hablar y pedir o en realidad, la persona con la que estoy, no tiene las características que pueden hacer que esta relación funcione, es decir, esta persona me engaña y coquetea constantemente o yo, por mi inseguridad creo que me engaña y coquetea todo el tiempo. Si logramos diferenciar una de la otra, vamos a poder saber que los problemas que se tienen como pareja, pueden solucionarse, pero si son cosas que afuera están pasando, tendré que decidir si es que quiero vivir con una persona así, la magia aquí ocurre cuando los dos se hacen responsables de lo que les corresponde y pueden pedir una disculpa cuando es necesaria, pero si encontramos que estamos con una persona que en realidad no le gusta hablar, ni quiere hablar y nunca lo ha hecho, no podemos esperar que cambie de la noche a la mañana, si te das cuenta que en el noviazgo él se presta a los cambios y suele reconocer sus errores, es buena señal para generar una convivencia más tranquila en un futuro, pero si no es así ¿porqué esperar que ante cambios externos, como una boda o un embarazo, esta persona mágicamente cambie de la noche a la mañana?
Entonces esto es una combinación de responsabilidades, me hago cargo de mis emociones y las hablo para generar acuerdos, soy tolerante y escucho las opiniones del otro sin esperar que sean exactamente como las mías e insisto en las negociaciones y después de hacer esto, miro al otro y logro ver exactamente quién es y si me gusta para pasar el resto de mi vida.
En conclusión, importante cuestionarse si la relación de noviazgo no funciona porque yo no estoy poniendo de mi parte en hacerme responsable o porque la pareja que elegí es totalmente incompatible para mí en gustos, en creencias y no logramos compartir en lo profundo. La diferencia entre estas dos, va a ser la clave para saber si es responsable dar el siguiente paso en un compromiso como el matrimonio y más aún la decisión de tener hijos.
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